3.5.07

Al menos me entiendo yo

No sé si estoy en lo cierto, no soy quien para creerme mejor que nadie, pero no acepto que lo que me ha ocurrido sea producto de una enfermedad. Sigo en mis 13, no es cabezonería, ni siquiera es que me crea que el loco que persiste en su locura se vuelve sabio... no es eso aunque sea las 2 cosas. Es, simplemente, mi libre albedrío, las ganas que tengo de hacer mi vida a mi manera, de que nadie me diga lo que tengo que hacer, si me pueden ayudar que me ayuden, pero si lo que van a decir no es más valioso y sabio que el silencio... que se callen. Los policías de la mente tienen la cabeza cuadriculada, y me parece perfecto para quienes sean de esa manera de pensar, pero para mí sólo la verdad importa.

La verdad es la espada que abre tu conciencia, un relámpago de luz del que no puedes escapar, porque ya no hablamos de creer, hablamos de SABER (si algo he aprendido, aunque me repita mucho, en mi crisis -y crisis en japonés está compuesto de dos símbolos que significan al mismo tiempo peligro y oportunidad- es que no se trata de ver para creer, sino de creer para ver). La verdad es una intuición de algo divino, que está por encima de nosotros, y al mismo tiempo habita en lo más profundo.

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