13.2.12

Sobrevolando mi propia historia


Hay una historia que debo contar, y no sé ni por donde empezar, porque se escapa a mi comprensión mucho de lo que acontece en mi propia vida. Algunos piensan que estoy mal de la cabeza pero eso no me preocupa, son ellos los que se enfrentan a sus propios prejuicios y me da igual lo que piensen porque en verdad se están delatando a ellos mismos (necesitamos, como bromeaba alguien, al asesino para no acabar encerrándonos a nosotros mismos). Lo que me preocupa es qué rumbo tomar, cómo seguir caminando, ya que no he muerto en el intento, si se trata de perseverar en la locura para encontrarme con la sabiduría o eso carece también de sentido por tener que superar lecciones a las cuales me resisto. Tengo canales abiertos, de eso no hay duda. Soy canal, lo crean o no, y signifique lo que signifique. Ellos tratan (o logran) de canalizar sus miserias por mi conducto, y no solo vaginal. Esto no hay quien lo aguante, alguno apunta sin mí. Me encuentro dividida entre tendencias originales y otras que dice el viento me convienen más, algunas por doblegarme y otras por educarme, sin poder yo evitar el sufrimiento de pensar como pienso, de decir lo que creo saber, sobre la vida y la muerte, el amor y el más allá.

No hay comentarios: