Las relaciones personales son complicadas
para todo el mundo. Los celos, las envidias, quien lo las siente las padece, el
instinto de venganza cuando somos heridos, los frutos del ego que nos carcome
en muchas ocasiones en las relaciones íntimas, como fruto del rencor, producto
de la inseguridad propia o ajena.
Las
relaciones sexuales son dar y recibir placer, buscando acuerdos tanto a nivel
relacional como de interacción física, generalmente entre dos personas del sexo
opuesto, siendo esto negociable como todo lo demás. En salud mental se conoce
que los medicamentos inhiben esa necesidad de sentir placer, no porque no se
sienta, sino porque está anestesiada bajo los efectos especialmente del
neuroléptico. Las neuronas del placer deben ir a la par que las de la
irracionalidad del delirio, o supuesto, porque no siempre lo es y nos toman por
locos. Y cuando esto ocurre, por primera o enésima vez, toca una etapa donde si
eres mujer no tienes ni la menstruación, aunque eso no quita que con el tiempo
el cuerpo se acostumbre y se pueda llegar incluso a tener hijos, al menos a cierta edad.
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