20.11.14

En una mañana perdida en el tiempo

En una mañana perdida en el tiempo no existe hoy un príncime azullllllllll pues solo le vienen aquellos que caantan cual tontos lo que no es asíiiiiiiiiiii jijijiji bon migdia.

Quiero escribir algo pero no tengo inspiración, está llorando pero se ríe, seré yo esa que me tocan las narices, que solo piensan en EL TEMA, y mi amor (recompuesto con super glue con pigmentos de colores) vaga libremente pero no encuentra a nadie (hay q joderse).

Ayer hablamos de la adolescencia en Nikosia, con adolescentes. Yo con 15 aún no lo era, pero a los 16 tela depresión (de q el mundo no fuera lo q yo me pensaba).

Luego vino cuando 1984 y su alentador final, acababan de rematarme.

Pero yo sigo en mis 13 ehhh, que vaya formas de hablar, cabezona pero espero que por algo bueno. En las cosas malas me cuesta pero espero poder cambiarlas. Y lo demás guardármelo para mí, como hace todo el mundo.

En fin. Que no estoy muy animada, me animo pero no hay manera de que se acabe toda esta mierda, aunque consiga estar bien en ella. Estoy bien, porque lo estoy.

Pero siempre hay algo que molesta, cual moscas cojoneras. Y cuanto más te enfades, peor.

Por eso elijo estar bien. Por eso y porque me quiero. Pero sin dejar de enfadarme cuando me tenga q enfadar, supongo. Con quien se lo merezca. Aunque se puede confiar en tan poca gente ..... será acaso mi idealismo el que me traiciona? Yo misma tengo un buen arsenal de defectos. Pero no apuesto por ellos como hacen los necios.

Y nada más. Que pasan tantas cosas cuando no pasa nada, que cuando pasan muchas cosas, no pasa nada. Así que me voy. A seguir mi viaje. Con mis ángeles. Con mis demonios. Pero los propios, con esos tengo de sobras (que se apunta más de uno). A qué, ahora me voy a tener que confesar? Ya que estamos comentar, que no me parece que el perdón deba pasar por alguien externo a ti, en esta, la nueva era. Intermediarios entre Dios y los humanos, pero a qué llamamos Dios? Hay que tener cuidado con eso. Yo no lo tuve y así me fue. O así me va.

Pero estoy bien. Y confío en los buenos intermediarios, que me echen una mano. Agradezco a los que lo hacen. Y confieso, que me cuesta mucho agradecer a quien me hacen daño, ni por lección aprendida ni por nada que se le parezca. Aunque sepa que debe ser así. Que la fe mueve montañas porque existe la gratitud, el deseo de las cosas buenas que les dedico a quienes me lean hasta aquí.

Salud!

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