9.3.15

Los servicios institucionales en salud mental

Los servicios institucionales en salud mental son lo que son, y ofrecen las tentativas tradicionales así como las modernas en solucionar los problemas en este ámbito. En mi opinión como usuaria de estos servicios, falta mucho que aprender sobre el alma humana, que es la encargada junto a la mente de autoregular los neurotransmisores humanos. Se habla de personas altamente sensibles, cuya solución, como en todos los demás casos, pasa por el amor. Y el amor dista mucho de ser el caso de la incomprensión que genera en el entorno de los usuarios, el ser etiquetado como enfermo mental.

La locura es otra cosa. Hay locuras y locuras, pero todas son iguales en ser como el agua que no puede ser contenida por contenedores, normas, etiquetas, colores, sabores, amarguras y decepciones. El deseo de alzar el vuelo y ser libres de todas estas cadenas que nos oprimen, como usuarios en raza humana.

La mente tiene un síntoma de alerta frente al peligro que en el futuro será considerada y paliada como la fiebre, aunque habremos desarrollado nuevas enfermedades y errores sistémicos. Estos síntomas son pistas en sí mismas para localizar la causa de la lesión emocional que los produce. Y pueden guiarnos a la correcta interpretación y solución a lo que acontece en nuestra mente, alma, cuerpo, o espíritu.

Tampoco voy yo a decir que sepa qué hacer con alguna de las experiencias que he vivido y vivo en esta vida. Peró siempre sabré que se me podría haber guiado a la solución de todo ello sin tener que recurrir al uso de unas sustancias que me hicieron adicta al THC, cuando yo no lo era.

Que la institución se queda corta, y peca de la sordera, ceguera y mudez que suele acudir al ambiente en esos temas que vienen de los asuntos sobre los que no se quiere ni pensar, como el sufrimiento humano.

Tampoco digo que mi caso sea el más normal, sin saber ni de qué se trata por cierto, pero sabiendo desde mi percepción más oculta y misteriosa augunas cosas que no viene al caso contar, por miedo a ser yo la que me equivoco. Pero invitar a reflexionar sobre la locura, en este loco mundo que necesita chivos expiatorios que somos personas condenadas a sufrir todo tipo de abusos, sociales y personales, solo por recordarles que no es oro todo lo que reluce, o que su sistema no es tan perfecto como dice ser, y prefieren echarnos la culpa que reconocerlo. Sin contar a los que aprovechan que tienes la etiqueta para creer que eres como su parte más loca, que no necesariamente es la tuya.

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