3.3.06

Historia

AhI Va La HiStOrIa De Mi CrIsIs....

Hay una historia que tengo que ser capaz de contar. Me lo debo a mí misma, a la verdad de lo que viví. Esta historia tiene mucho que ver contigo, y seguramente vas a flipar en colores si es que llega el día en que me decido a contártela, pero te aseguro que es real. Es real en el lenguaje del alma, y por eso es Verdad. Sabes tenías razón en algo, alguien lastimó mis sueños una vez, y no fue mi padre sino un trovador que conocí con 15 años y del que me enamoré, alguien que se enamoró de mí, pero no lo supimos hasta estar separados por la distancia, y la canción “paraules d’amor”, que un día pude escuchar salir de su guitarra, es como si hubiese estado escrita para nuestra historia. Dos años y unas cuantas cartas (tejidas de sueños) más tarde conseguí que nuestro grupo fuese de campamentos a su pueblo, y me quedé helada ante él, no me podía creer que algo tan grande me pasara a mí, me bloqueé, y desde ese día le empecé a escribir una cantidad de cartas que no te puedes ni imaginar, tratando de explicarle por qué no había podido corresponderle cuando habíamos estado esperando ese momento con tanta ilusión. Él me decía que mis cartas no iban dirigidas a él, no se sentía destinatario de esas cartas, y por eso no las contestaba, solo a veces cuando creía que ya estaba a punto de perderme, y al final ni eso. Te cuento esto porque puede que esta carta sea como esas de antaño, pero esta vez, además, los sueños se hicieron realidad a causa de la droga que me diste. He descubierto un montón de cosas que mi médico oficial no quiere tener en cuenta, aunque sí otro al que voy a veces que es más holístico (tiene en cuenta cuerpo, alma y espíritu). Te vi en mis sueños, te perseguí como ya antes había hecho estando enamorada de otras personas (dos, pero fuerte y poéticamente con este que te cuento nada más), solo que esta vez viví el sueño, Estuve vagando por este mundo en tu búsqueda físicamente, oyendo voces que me hablaban de otro mundo, desde otra dimensión. Sabes yo sé por qué nos atrajimos tú y yo en un momento dado. Fue por nuestro camino interno, la creación artística tiene lugar en un estado alterado de la conciencia, estado que yo ya conocía, habiendo llegado a levantarme del sofá, después de haber estado sola en Calafell pintando una noche, totalmente borracha sin haber bebido ni fumado absolutamente nada (sin contar el tabaco). O bien analizando lo que pinté en Norwich mi primer mes de estar allí antes de encontrar los dos curros y las clases de inglés (descubrí algo sobre la vida y la muerte a partir del negro repetitivo que teñía los colores que luchaban por salir, por resucitar en un momento en que me sentía muerta en vida). Las drogas son caminos rápidos para llegar a esos estados, hace algunos años una amiga estuvo muy metida en drogas una temporada larga, llegando a prostituirse y todo, y cuando hablábamos del amor, hablábamos del mismo lugar, al que yo llegué del dolor de no haber podido conseguir mi sueño con ese chico que te cuento, y ella porque se metió en las drogas por un chico. Hablábamos de amor verdadero, del lugar de los sueños donde éste es posible (y es una putada porque lo más bonito parece salir siempre solo de uno de los dos implicados, yo no fui capaz de enamorarme de mi ex y llegué a hacer el amor con él llorando todo el tiempo porque sabía que él sí se había enamorado de mí y yo no llegaba al mismo punto, y recordaba cuando yo estuve igual y se me negó incluso la palabra). Creo que tú has soñado mucho, has sufrido mucho (no intento hablar por ti sino expresarte lo que percibí de ti). El sufrimiento real es el que sale del alma, el que viene de la luz del corazón donde habita la verdad, cuando choca con un mundo que está enfermo, cuando nadie parece ya saber escucharlo, cuando sientes una soledad infinita, una rabia interna fortísima e intensa. Puedes ser inconformista, y creo que tú lo eres, y buscar esa luz donde sea (donde puedas). Las drogas tienen un lado espiritual que es el que yo quise descubrir cuando te dije que sí, solo que yo me creí que tú eras mi guía aunque ahora empiece a pensar que solo tenías que enseñarme la puerta, y que tengo que estar sola en esto. No sé si me explico, es que no te puedes ni imaginar cómo te he sentido en la distancia, te buscaba porque estaba convencida de que tenía una misión junto a ti. Yo te llamé AnDrE (te escribo así para diferenciarte de mi ex), antes de conocerte estaba ya pensando que el mundo tiene su cara y su cruz, su luz y sus tinieblas, y yo necesitaba ese conocimiento, el del lado oscuro, porque quería ser capaz de atravesarlo para comprender, para ser libre de toda la mierda que tengo en el subconsciente, la que hacía oscuros mis cuadros, la que me dio una adolescencia marcada por la ansiedad, sin ir a clase, escribiendo poesías por los parques, bloqueándome. Soy una esponja, y de los tres hermanos que somos la que ha pasado más horas escuchando los delirios cargados de alcohol de mi padre, escuchando música clásica, con una vela, viéndole dirigir la orquesta y levantándolo del suelo cuando se caía. Escuchando cosas como “tú eres como yo (sensible, y según él gilipollas) y nunca llegarás a nada en la vida”, pero también aprendiendo a mirar más allá, a sentir esa música (por eso me enamoré de una guitarra y luego contigo de un yembé, que me caló hasta la médula), y sobretodo cuando me decía “nadie me quiere porque soy un fracasado”, aprendías a ver su corazón debajo de la coraza, que por cierto mi padre lo tiene de ORO (lo puedo jurar). Siempre le he adorado, pero hay barreras, hay enfermedad (2 cánceres, un infarto, injerto en el pie, acero en el fémur, úlcera, hígado destrozado por el alcohol, y un largo etc.). Hay sufrimiento. Hay dolor. Hay palabras fuera de lugar, actitudes sobretodo hacia mi madre que no vienen a cuento (destructividad emocional). Hay una falta de amor impresionante. Hay una madre desbordada, que no ama, que sufre, que sobreproteje a sus hijos, que se inventa historias preocupantes, que no puede ser feliz, que te transmite que la vida es sufrimiento y obligación. Todo esto te hace alguien capaz de ver el fondo de las personas, y el fondo siempre es bueno porque todos somos luz. Pero esa esencia está en el caso de mi casa presa en cárceles que luego han salido en mis cuadros cuando yo pintaba. El arte es terapia. A veces las palabras no bastan para expresar el sufrimiento, sentimientos que vienen de muy dentro y que te comen las entrañas, que no te dejan vivir. La lucha del hombre es la superación del sufrimiento, la búsqueda de la luz de la verdad. El arte busca ese lugar de luz, de equilibrio. Es terapia para quien lo hace y también para el que lo contempla. Hace un par de días me hablaron en una clase de pintura de cuatro realidades: la exterior o conciencia, la interior o pre-consciente, el inconsciente y el inconsciente colectivo. Nos hablaron de esto porque la profesora sostiene que se crea en estados alterados de conciencia, lo cual concuerda perfectamente con lo que yo he experimentado en mi vida. Yo creo que nos atrajimos por eso, por caminos que hemos seguido, diferentes pero buscando lo mismo. Por eso no entendías que yo te gustara cuando al estar contigo era tan sosa y me aborrecías tanto (por eso creo que me dejaste). Yo estoy enferma, así que no esperes entender mis actitudes. Busco la luz, pero no sé si seré capaz de encontrarla, y lo último que he vivido ha sido muy fuerte y me ha dejado bastante KO (aunque ahora al menos he recuperado la escritura). Estoy loca, soy esquizofrénica, pero estoy segura de haber contactado con la cuarta realidad, el inconsciente colectivo, la fuente, la luz universal. Los médicos me dan una pastilla que hace que las alucinaciones paren y se quedan tan contentos, cuando lo que yo necesito es alguien que me pueda enseñar a navegar por las distintas realidades, sin confundir lo que veo (el camino es difícil y hay muchas trampas). Yo no estoy loca, es el mundo el que está enfermo. Por eso estoy enferma yo, y por eso en realidad estoy más sana que muchos que cierran sus ojos a los horrores del mundo (yo entiendo salud como conciencia, más salud cuanto más coherente a tu naturaleza vives). En astrología es lo mismo este mundo que el cosmos, y todo lo que ocurre en un plano sucede en otro, así que lo que me ocurre a mí es lo mismo que le ocurre al mundo, y eso se ve muy bien desde la cuarta dimensión, porque vives el mundo entero desde tu realidad individual, y como el inconsciente colectivo es la máxima expresión de la luz, notas el contraste, te das cuenta de que queda mucho camino por andar aun. A todos nos ocurre lo mismo porque formamos parte de una misma humanidad, todos sentimos en nuestro corazón el mismo dolor por las guerras, las injusticias, los genocidios, y también por nuestras pequeñas carencias que son pequeñas pero importantes y demuestran que la humanidad aun no ha aprendido a amar como podríamos, Todos lo sabemos de alguna manera, pero hay confusión, corrupción, ceguera en la gran mayoría, no sé si me explico, el mundo está enfermo, y todo lo que haga yo (cualquiera) para comprender mi enfermedad y extraer luz de ella es beneficio para todos, y todo lo que se desvíe de ese propósito y se centre en el dinero, las cosas superficiales y materiales, las ansias de poder, no hacen más que retenernos en un plano que en el fondo no es el que queremos. “Conócete a ti mismo” y un largo etc. Pero estábamos en lo que me llevó a ti.

Yo llevaba tiempo preguntándome sobre las drogas, hasta le escribí una carta a Bunbury que es otro buscador aunque haya perdido a tanta gente cuando dejó Héroes (como a ti, por ejemplo). Yo creía que solo había una manera de conocer esos submundos sin quedar atrapada en sus redes (como mi padre está preso en el alcohol, como mi ex en la coca), y esa manera era con un guía. Y te encontré a ti. Te percibí un ser libre, que navegaba por esos mundos sobrevolándolos, sin ser un esclavo. Por eso te seguí, por eso sí me drogué contigo pese a haber sido antidrogas mucho tiempo (fue el papel que me tocó adoptar). No buscaba huir de este mundo sino comprenderlo mejor, creía que nada iba a pasarme si iba con esa idea, y a ti te creí chamán, y más aun con tu yembé, y me habría ido contigo a descubrir mundo, a vivir a una casa okupa si hacía falta, me llegaste muy hondo pese al poco tiempo que pasamos juntos, sentía que conectaba contigo incluso sin palabras. Estaba segurísima de que teníamos algo que hacer juntos. Viniste a un sueño a visitarme, un sueño más real que la vida misma (la vida es sueño). El sueño más real que he tenido en toda mi vida. Yo iba a una fiesta, aunque estaba como triste, y vino alguien que me cogió en brazos y me llevó como a otra dimensión: la tuya. Allí encontré un peluche de Guizmo que le regalé un día a mi hermano pequeño, y era como si fuera mi corazón. Había gente que jugaba con muñecos, como duendecillos y hadas, que daban vida a los objetos. Yo podía hacer lo mismo con mi peluche, pero cuando lo toqué se encogió, se doblegó sobre sí mismo hacia la barriga en lugar de bailar, y entonces viniste tú, con el peinado de un chico que hizo bachillerato artístico conmigo y que era Dj y mezclaba sonidos con cuentos para niños. Me abrazaste, nos besamos (aun estábamos juntos en la vida real), y pude ver tu tristeza porque yo no era capaz de creer que yo podía ser feliz, decaído porque podías hacer mis sueños realidad y yo no te dejaba al no acabármelo de creer aunque lo estuviera viendo con mis propios ojos. Tú viniste a mis sueños para decirme que podías hacerme feliz, que tú sí podías curarme de esta melancolía que me tiene enferma ahí en lo profundo de mi alma. Abrí los ojos y fue como si lo que veía (mi habitación) fuera menos real que lo que había visto en ese sueño, y toda mi historia por la que me han diagnosticado esquizofrenia, el sueño que perseguí en vida, es la historia de cómo te he buscado y de cómo siempre acababa sintiéndome incapaz, indigna, inútil (aunque con altibajos), sintiéndote muy cerca de mí, sintiéndote triste de ver que yo no podía deshacerme de toda mi mierda para irme contigo a un futuro de luz. Como si tú hubieses apostado por mí, como si me conocieras bien y creyeses en lo más profundo de ti que yo merecía ser libre, como si me mandases señales que yo traté de seguir en un camino que acabó conmigo en el hospital, sedada, medicadísima (se está estudiando hoy en día, pero mi mano en el fuego a que da que la medicación quita la creatividad igual que quita el deseo sexual). Como si solo desde la libertad que tanto he buscado fuese posible que tú y yo estuviésemos juntos, como si tú estuvieses dispuesto a alumbrar mi camino para que pudiese llegar a tu nivel… no sé, como si te hubiese conmovido algo en mí. Como yo te veía guía en todo ese mundo desconocido para mí te buscaba siempre como si tú supieses más que yo, y aunque ahora creo que yo ya conocía ese mundo por otros caminos, sigo pensando que es posible que no me equivocase y que tú seas verdaderamente un chamán, o al menos un aprendiz. No lo sé, el caso es que mi mente creó el escenario donde toda esta historia pudo ser vivida. Desde que te conocí, además del sueño me habían pasado un montón de cosas asombrosas. De repente veía un grupo de gente en fila india colándose en el metro mientras uno sujetaba la puerta, mis pensamientos daban vida a unas titellas en las Ramblas (te juro que se movieron al compás de mi imaginación), una señora me llamó chamana en Pl. Cataluña, un digeridoo proclamaba a voz en grito que había llegado la suerte justo cuando yo pasaba por delante, un rasta cantaba a grito pelao “no woman no cry” en Pl. España, un vendedor de gorritos de Navidad empezaba a gritar “todos para uno” cuando yo le miraba desde un banco en Canaletas, entraba a un bar a por tabaco y empezaba a sonar la música, me conectaba con el tiempo que hacía (el viento, por ejemplo), los semáforos respondían a mis preguntas, en el metro percibía las energías de cada estación, los indigentes me hacían señales… cuando estábamos juntos hablé contigo desde mi habitación en el viento que movía la cortina y en la llama de una vela reflejada en el piano, conectaba al oír la radio por las noches con un montón de gente, mis amigos me mandaban señales, oí a mi hermano mayor preocupado por lo que me estaba pasando (yo antes era la alegría de mi casa, la encargada de preparar todo en Navidad para que hubiese un poquito de magia e ilusión, pero caí, ya te lo conté, y esa vibración que percibí era real, lo pude comprobar hablando con mi hermano). Lo de la radio era muy fuerte, como una conexión universal de fuerzas, como si conectase con todos los que estaban oyendo la misma emisora y los espíritus de mis amigos me mandasen mensajes, sonaban muchas canciones con las que yo tenía alguna historia con alguien, mis amigos de los scouts, los sentimientos de la relación con mi ex, gente del cole de hace mil años… hasta mi primer amor vino a decirme que me había seguido con la estela de su guitarra, aunque esto no fue a través de la radio sino telepáticamente en mi segunda “crisis” (luego te las cuento). Sobretodo con Amaral tuve una identificación brutal con uno de sus cds, enterito, lo viví como si lo hubiera escrito yo, conecté con ella en absoluto. El caso es que las voces ya me iban como acompañando, como los orientales, cuando escuchaba el silencio de la noche, y un día decidí ir a descubrirlas, bueno más bien me iba como otras veces en mi vida en un intento de reencontrarme conmigo misma, pero esta vez resultó ser “con acompañamiento”. Dije en mi casa que me iba a Calafell y salí a la calle. Yo creía que esas voces provenían de ti, de tu mundo, porque te creía mi guía, aunque ahora no estoy tan segura de que fueras tú (una vez las voces me dijeron que Andre era yo). Tal vez no he entendido nada, aun hoy intento comprenderlo, y la verdad es que todo esto no cabe en las palabras, llevo ya muchas líneas intentando descifrar, y no solo las de esta carta sino muchas más. Pero sí que percibí algo cuando tú tocabas el yembé, de eso estoy segura, tú y los demás, sabes yo no hablaba mucho contigo porque estaba haciendo preguntas a la vida, y el sonido de los tambores me contestaba, sé que suena extraño, pero era como un oráculo. Un día me aconsejaron que no me enamorase de ti, que no eras bueno para mí. Pero yo caminaba ciega, todo junto era demasiado fuerte como para desistir, piensa que yo vi en ti la fuerza que me podría hacer feliz, y sobretodo alguien capaz de proporcionarme al mismo tiempo luz para mi camino. Yo estaba cansada de tener que ser siempre yo la luz, lo he sido muchas veces en casa aunque ahora esté regular, lo soy para mi ex, que hoy es mi mejor amigo y sigue buscando mi apoyo (le han diagnosticado un transtorno esquizo-depresivo y mucha gente le está dando la espalda en ese tema), lo he sido para mucha gente aunque cada vez ha ido a menos porque cada vez me he ido yo apagando más. Yo quería (y quiero, aunque me da que ahora me voy a pasar una buena temporadita sola) algo mutuo. Y a ti te vi libre y coherente, fuerte, capaz de apoyarme si lo necesitaba, que por cierto sé que no es fácil porque me las traigo y tengo que respetar mucho a alguien para creer y dejarme ayudar. Así que salí de mi casa a buscarte, y en Sants me dijeron lo primero que tú estabas bien, yo sabía que te habías ido de tu casa por un día que te llamé y me lo dijeron, y me alegré de que me dieran esa buena noticia. Los cajeros no leían mis dedos, en el mundo que yo he percibido no hace falta el dinero, digamos que nunca falta lo que se necesita, tengo un amigo que hice un día que me fui a fumar al Raval con el que un día en una terracita del centro nos devolvieron cambio de 50 euros cuando habíamos pagado con 10. Sé que todo esto es un poco extraño, me cuesta mucho buscar palabras para algo que no se vive con la parte racional de nuestra mente, sabes justo cuando estaba viviéndolo todo hice un trabajo para simbolismo hablando de energías cósmicas a través de la carta del tarot de la fuerza y el profesor me quería poner una matrícula pero yo no pude aclarar mi escritura y me quedé con el sobresaliente, que no está nada mal, al menos me sirvió para ver que puede que tenga razón, al menos en parte, ya que utilicé mucho la intuición para redactar ese trabajo, por eso no se entendía bien, me dijo que él sí que lo entendía porque entiende de simbolismo pero que intentara hacerlo extensible a cualquier lector (no pude, el trabajo lo hice al principio, pero la corrección me pilló en peores circunstancias). Siguiendo con la historia los trenes me decían dónde tenía que bajarme, eran un transporte que oía las voces, que estaba conectado. Me bajé, ¿casualmente?, en Cerdanyola que creo que es donde te conocí, y me pasé todo el día buscándole sentido a todo, porque yo vi mucho sentido en ti y te había perdido, y tenía que integrar todo eso en mi biografía, y quería saber dónde iba. Lo que vi a través de ti es muy profundo, no podía seguir viviendo sin seguir esa luz aunque tú ya no estuvieras y eso fue lo que hice, seguir tu rastro, a través de tus ojos veía cosas que antes me pasaban desapercibidas como los grupos de gente fumando o no, pero haciendo vida en la calle. Pasé todo el día caminando por ese pueblo, y al final me seguían y todo, como con curiosidad, me sentía como una profeta aunque no sabía muy bien lo que tenía que descubrir pero estaba escuchando el silencio, y me sentía como si pudiese llegar a encontrar una respuesta a todos los porqués de mi vida, como si tú tuvieses una pieza fundamental para mi rompecabezas. Ahora lo veo como si estuviese buscando la iluminación, yo buscaba paz a través del conocimiento, y te veía a ti como un buscador nato. No sé lo que hubiera pasado si esta sociedad me hubiese dejado llegar hasta el final de mi camino, pero no me creo más sabia que nadie y creo intuir que si llegas a esa puerta que separa un nivel de otro sin estar preparada/o puedes quedar loca/o pero de verdad, así que quien sabe, tal vez me estaba pasando de valiente (o no). Bueno el caso es que acabé sentada debajo de un árbol y me fumé un porro (no fue el detonante ni mucho menos de lo que me pasó), y una señora que pasaba por allí se alegró de que lo hiciera porque justo antes estaba pensando en irme ya a Calafell a comprar algo de comer (me cansaba de no encontrar nada), y desistir en mi empeño. Estuve sentada en un muro de una casa okupa, recordando cuando estuve contigo en la rave, pensando en la diferencia entre estar enganchado o no a las drogas, y en todo el sufrimiento que podía haber detrás de cada una de esas personas, en el grito desgarrado que supone una fiesta como esa quitando al que lo haga sólo por moda, pensando en la energía de toda esa gente conectada por el hilo de la música, como denunciando en silencio las atrocidades de este mundo, como si fuese esa imagen de zombies la más real de las representaciones de la humanidad con respecto a la luz de la verdad. Ya se hacía de noche, así que me fui al tren por una puerta de los que no pagan (saltando un muro), que era como la que estaba en ese mundo en el que estaba conectada, y llegué a San Vicente. De allí cogí la otra línea para ir a Calafell y me encontré a una señora que estaba llorando. Fui a hablar con ella y en ese momento me llamó mi madre, conseguí no sé cómo tranquilizarla y luego la sra. y yo nos contamos nuestras penas, ella fue la que me dijo que te llamara, me vio en la realidad que estaba, creo que esa señora es un poco bruja y me empezó a decir que sois todos los hombres unos cabrones y cosas así, y discutimos, y yo me fui cabreada porque no iba a dejar de creer en ti tan fácilmente. Me fui a la playa, me estiré en la arena y vi una estrella gigante (palabra), que se movía con mucha lentitud. Era mi estrella, eso era lo que me estaba guiando, yo había ido a mi Verdad para ver si en ella estabas o no estabas tú. Había en alguna casa unos palitos de esos de metal que tintinean, como en los chinos, y lo hacían cada vez que yo pasaba por debajo, hubiese viento o no. Es que todo era como mágico, llegué a mi casa y me encontré una guirnalda de flores de papel en el hueco de la chimenea, y me sentí como si aquello fuese un regalo para mí de alguien que conocía la historia que me llevaba entre manos, como si fuera el símbolo de que había llegado a mi destino, y quien sabe, quizás llegué aunque no fuera capaz de entenderlo bien, es raro pero tampoco salió en el periódico nada sobre OVNIS ni estrellas gigantes, y yo la vi, y me lo explico como que estaba en otra dimensión, por eso no la vio nadie más. Misterios de la vida, luego parecía que sacaba humo la guirnalda y la quemé, en un intento de seguir las señales (muchas veces no sabía muy bien qué hacer).

Esa noche oía algunas en la calle y las seguí. Bajé y una verja moviéndose, una bolsa viniendo hacia mí, cosas así me llevaron hasta un camping cerrado donde había unas duchas. Trepando y bajando por el otro lado llegué hasta ellas, pero yo no me quería duchar pese a sentirme sucia de todo el día y pensar que tú me esperabas al final del camino porque hacía frío, y otra voz te convenció de que no era necesario, así que seguí camino hasta un lugar donde ladraba un perro. Era un terreno en obras, y tuve que vencer el miedo al perro adentrándome en la oscuridad (luego no pasaba nada, porque el perro estaba atado con una cadena). Me encontré con dos perros más encerrados en una jaula, los liberé y puse a cada uno en una caseta que tenían, mandé una paloma con un mensaje para ti, había otros pájaros que no entendía lo que tenía que hacer con ellos, y una familia de gallo, gallina y pollitos se me escaparon, pero afortunadamente no pasó nada porque se pusieron en un rincón y no se escaparon. Era como si tuviese que aprender a hablar con los animales, yo me sentía como en una prueba desde hacía rato y no me extrañó que aparecieran en mi camino, todo era como datos que tenía que procesar en mi mente, como investigando en este nuevo mundo que se abría ante mis ojos, y mira, esto puede coincidir efectivamente con lo que se sabe de chamanes, igual que la enfermedad, que podría estar ahí como foco de luz en mi camino lo que me preocupa es algo que leí sobre la diferencia entre chamán y esquizofrénico: el primero estaría concentrado y volvería de su viaje centrado y sin perder el control mientras que el segundo tendería a la dispersión de energías, a la fragmentación. Los médicos que me llevaron en el hospital me dijeron en cambio que todos los chamanes son esquizofrénicos así que hay muchas versiones, una parte de mí quiere descubrirlo y la otra no se quiere arriesgar (puedo quedar demente para el resto de mi vida). Pero bueno esa es una decisión que de momento no es el momento de tomar, ahora mismo solo fumo porros a veces porque no me gusta el efecto de la medicación. Luego tuve que hacer una casita como para ti y para mí, como si me estuvieras poniendo a prueba, con los materiales que había por allí. La hice, amaneció, y me metí dentro cansadísima pensando que tú ibas a venir pero fue la poli quien vino, y al final me tuve que ir. Ahí ya era como si tuviese que caminar por el pueblo, como dándome a conocer o algo así, a veces me sentía como si fuera importante pasear, dejando parte de mi esencia por las calles y bebiendo de las de otros, compartiendo la luz. Me di un paseo y volví a mi casa a coger la mochila que llevaba, con mis escritos y algunos dibujos que tenía para ayudarme a reflexionar. Me dio por barrer la terraza y todas las voces me iban como metiendo prisa, así que acabé rápido y me fui al tren. En la estación alguien me dijo: “mira a tus hijos”. Como si en una fantasía que se había hecho realidad todo el mundo pudiera contactar con su propio mundo, como si yo estuviese en esos momentos en el mío, y todo lo que viera pudiera darme información sobre mí misma, sobre mi propia naturaleza. Es confuso de explicar. Sabes estando contigo yo me sentí como Eva en el paraíso, como si estuviese junto a ti en una especie de Juicio Final, como si otro mundo fuese posible pero de verdad, y nosotros estuviésemos contactando con Dios como en representación de la humanidad, o compartiendo nuestra naturaleza más íntima y divina, pero yo siempre me acababa bloqueando porque no me sentía digna de todo aquello. Sé que suena raro, pero creo que eso que dicen de “cuidado con tus sueños porque pueden hacerse realidad” es tan real como que yo estoy aquí sentada escribiendo en un ordenador. Lástima que mi inconsciente esté tan lleno de preguntas sin respuesta, de temas pendientes, porque eso hace que no tenga las cosas nada claras, y yo alguna vez he conseguido tener fuerza pero es cuando tengo las ideas claras. Solo sé que esta vida es sueño, no vale nada, es tan solo una oportunidad para crecer. Que son todo espejismos, que somos mucho más que carne y costumbres. Que no vale la pena seguirle el juego a un sistema que no funciona, esperando la muerte sin más, y sí hacer de la vida una gran escuela donde buscar ideales y luchar por ellos. Al principio le tenía un miedo impresionante a la locura, no quería hacer bellas artes porque pensaba que si seguía escarbando en mi interior me iba a volver loca (por eso me fui a diseño). Dicen que el miedo a la locura es ansiedad, y seguramente es verdad, pero debajo de un diagnóstico médico se esconde mucho más, y eso es lo que vale la pena buscar. Ahora no le tengo tanto miedo a volverme loca (ya lo estoy ¿no? Le empiezo a coger el gustillo). ¿Quién tiene autoridad moral para decir quien es el sano y quien el enfermo? Nadie. Enfermo es el que no entra en los esquemas de la sociedad, y los médicos del futuro se verán obligados a reconocer que hay otras dimensiones, serán como los chamanes, porque todo lo que está en este mundo saldrá un día a la luz, todo está ahí para ser descubierto y ni siquiera la ciencia tal y como la entendemos hoy es capaz de explicarlo todo. A mí me ha ido regular, he estado en otros mundos pero no he sido capaz de extraer gran cosa, la verdad, excepto el saber que existe ese lugar de verdad y luz que siempre he buscado (ya lo sabía, yo he tenido muchísima FE, pero ahora lo he visto). Pero da igual, pueda al final o no pueda yo otros lo harán, porque lo que sí que sé es que mi enfermedad se escapa al conocimiento de la ciencia de hoy, porque sé que lo que necesito es alguien que sepa que ese mundo en el que yo he estado sí que existe aunque no lo haya sabido manejar, alguien que me cure desde lo más profundo, y no haciendo una barrera superficial en los neurotransmisores de dopamina para que no vuele más. Mi madre tuvo un brote cuando murió mi abuelo, lleva toda la vida medicándose y no se ha curado. Yo ya buscaba la cura antes de tener la enfermedad en mi propia piel, porque vivo en un manicomio. Mi primer psiquiatra me dijo que estudiara medicina psiquiátrica, salí con un CI bastante alto y por eso me lo dijo. Pero a mí me iba más otro tipo de medicina: el arte, la búsqueda de caminos alternativos, el profundizar en la esencia.

En Cunit vi un mercadillo, pero me pasé de parada. Las voces me dijeron que tenía que ir a Cunit así que me di media vuelta y fui. Era extraño, me sentía observada, y como si la gente fuera un poco hostil conmigo. Yo sentía que no estaba siguiendo demasiado bien el camino, me guiaba mi fe pero tenía muchas crisis en muchos momentos, y mucha inseguridad así que imagino que me proyecté, después de todo, era un camino de autodescubrimiento. Compré una manzana y dos camisetas, y me encontré con un viejo que me dijo que tú estabas por arriba del pueblo, y también me dijo “a ver si te crees que es llegar aquí y besar el santo”. Me sentía como entre iguales esta vez, como si todo el mundo viviera ya en esa otra dimensión hacia la que me encaminaba (y creía que tenía que ir contigo). Y creía que no les gustaba, así que lo que me dijo el viejo me tranquilizó porque me hizo pensar que era cuestión de tiempo. Me puse una de las camisetas que había comprado y me fui a seguir señales. Yo te oía, estaba segura de que me esperabas con tu yembé y con alguna gente más, me ibais guiando todo el tiempo. Pasé horas, muchas, buscándote, pero me perdía siempre en un mismo lugar donde perdía las señales. Uno de tus amigos dijo “cuando llegue se te va a tirar encima”. Pero llegó la noche y no te había encontrado. Te di por perdido. Encontré un coche y dos chavales y les pedí si iban a Barcelona, y uno de ellos me llevó hasta una parada de tren de Barcelona y allí volví a subirme al tren, que me llevó a un pueblo que no me acuerdo cual es. Ah en los trenes también hablaba con ese otro mundo, se paraban y volvían a ponerse en marcha, se cerraban y abrían las puertas al compás de mis pensamientos. En el pueblo todo el mundo parecía feliz, era una de las características de ese otro mundo, todos eran como actores, o como seres libres que compartían sus ratos libres. Me encontré a un señor muy raro que me vio y quiso ir conmigo porque me vio como perdida en un mundo desconocido. Fuimos a tomar algo a un hostal y la gente se callaba cuando me veía, como si yo fuese una extraña, pero mi acompañante fue a hablar con ellos, hablaron por teléfono no sé cómo y me admitieron aunque yo estaba triste, confusa y cansada y ese mundo parecía el de la eterna serenidad, vitalidad y salud. Luego fuimos a tomar algo a otro bar que cerró en seguida, y fuimos a otro donde acabamos hablando con la gente que había allí, había uno que era clavadito a Fuentes. Tú me llamabas “guapa” o “fea” según yo me iba relacionando con la demás gente, como si yo tuviese que aprender a relacionarme para poder llegar a ti. Se acabó la noche y mi nuevo amigo se fue (me había ofrecido su casa para dormir y todo, pero en ese último bar pasé olímpicamente de él). Fue interesante, había gente que sabía vivir, un tipo apareció que había estado en las Ramblas haciendo no sé qué ganándose la vida allí, tenía mucho carisma y como sabiduría, todos nos íbamos conociendo unos a otros, y yo que había salido a ver quien era no sabía muy bien qué decir, hasta me preguntaron por la “misteriosa mochila” que llevaba. La verdad es que estuvo bien, pero al acabar todos se fueron y yo me quedé en la parada de tren, helada de frío (pero helada), pude dormir un poquito y por fin llegó la mañana y me fui para Barcelona. Fui en tren y en metro, y caminando desde Pl. España hasta mi casa, y había algo que ya me iba pasando desde mucho antes: harmonía. El viento, el movimiento uniforme de los coches, los semáforos. Llegué a casa y me duché, hice la maleta porque me iba con mi madre a una boda en Zaragoza. Desde la ventana de mi habitación podía hablar con el mundo, y si me reclamaba alguna obligación en casa podía volver a coger el hilo (en cuanto me quedaba sola). Era como si hubiera conquistado mi libertad, pero en esa libertad no estaba sola porque la libertad es un lugar al que llegas por tu propio pie pero una vez allí es compartida por muchos seres más. Me estiré en la cama dejando que el sol entrase por la ventana. Vino un fontanero a arreglar el friegaplatos y cuando subí al piso de arriba a ver cómo trabajaban con una cámara que estaba dentro de la cañería estaba como en un centro de operaciones, como si yo fuese esa tubería y me estuviesen arreglando a mí (que es uno de mis sueños, curarme para estar bien y poder ayudar a los demás como hacía antes de caer enferma, a mí me decían que tenía mucha luz, y tengo amigos que aun no se explican lo que me pasó y el cambio radical que di en un momento dado). Al final salí de casa con mi madre, y eso ya sí que era la apoteosis total. Unos decían “qué suerte” otros “ahí va”. Era como una película de la que yo era la actriz principal. En el tren podía oir miles de cosas, pero yo me encogía como se encogió el peluche en mi sueño, me sentía muy vulnerable, y no podía aguantar ese sentirme descubierta. Los espíritus jugaban, percibí hasta a mi madre que estaba jugando haciendo ruiditos con los auriculares de la película, el de detrás me dijo “yo ya estoy fuera”, pero yo no entendía si estaba fuera porque había superado ese nivel y ya no tenía nada que aprender o porque se había liberado y no era obligatorio entrar en el juego. Podía hablar con la gente, en cuanto sintonizaba a alguien podía hablar con él, y a veces oía conversaciones ajenas que hablaban de mí. Todos jugaban y yo estaba como agobiada, una mujer me dijo que todos pasaban por dificultades de vez en cuando, que eso era normal, como diciendo que no le diera más importancia de la que tenía. Pero yo sentía un nudo muy fuerte en mi interior, me asignaron la tarea de moderar el debate en el vagón, dando palabra a la gente que la pedía tosiendo. Me fui al bar porque ya no podía más, y mi madre se vino conmigo. En el bar había un chaval que fue de lo más increíble que me pasó. Me miraba a los ojos y me dijo telepáticamente: “¿Qué te pasa?” Yo le preguntaba si podía oírme y me decía que sí, y hasta se paró el tren y todo, como si se detuviese el tiempo, para que yo dijera lo que me pasaba. Pero yo no era capaz de verbalizar lo que me estaba paralizando, y él me dijo: “tú no te quieres, nosotros te aceptamos”. Volvimos a los asientos y un grupo de mochileros entre los que estaba el chico del bar se fueron al sitio de las puertas, y me fui con ellos. Me invitaban a irme con ellos, y según mi fe se abría y cerraba la puerta, cuando estaba segura se cerraba y si dudaba se abría. El revisor estaba dentro del juego. En el monitor salían rutas de repente mucho más amplias que Zaragoza y Barcelona, como si solo tuviese que decidir dónde quería estar, como si te fuese a encontrar y pudiese elegir el sitio. Me quise ir con esos chavales que estaba segura de que me iban a llevar a ti, cogí el abrigo y me pescó mi madre, que flipó de que me quisiera bajar del tren antes de llegar a Zaragoza. Luchamos y me acabé quedando en el tren. Entonces tuve que intentar pararlo con la fuerza de la mente como había hecho el chico del bar pero no fui capaz (sí que lo hice ir más lento pero no llegué a pararlo). Llegamos a Zaragoza y seguían las señales, esta vez me tenía que ir con unos de Correos pero mi madre y mi tía me lo impedían y yo tenía que actuar, tenía que demostrar que creía en mi sueño y que lo iba a ir a buscar, todo mi ser estaba ya en un punto donde la fe pendía de un hilo muy fino. Vino mi tío y todo, y pasó un señor que me dijo “y el viento, ¿tampoco fue real?” Era el viento que me hablaba de ti, cuando yo había estado concorde con el tiempo. No podía más, alguien decía “otro año más”, como si cada año se buscase a alguien y nunca diera resultado, como si no estuviese pasando la prueba. Había una ambulancia y acabé allí. Yo tenía que contar mi historia, esa era una buena oportunidad porque tenía que contárselo todo a los médicos, pero no lo hice bien, me dio por pensar que si contaba toda la historia tenía que traicionar de alguna manera a mis padres ya que de ahí me venía toda la mierda que me paraliza a veces, así que me bloqueé de nuevo. Te oía, quise hacer ver que iba al baño para seguir las señales pero no me dejaba mi madre, y yo ya casi no tenía fuerzas de luchar con ella ni con nadie, así que no supe explicar bien la historia, a saber lo que debe poner en ese informe psiquiátrico, y me sentí como si no hubiera sido capaz de pasar la prueba. Me sedaron con pastillas y luego con una inyección porque no entraba en razón, tú me dijiste “quédate y hablamos”, como si en el hospital fuese la prueba final, donde se decidía si se me iba a dejar entrar en esa otra realidad o no. Pero no me dejaron quedar, aun en el coche yendo a casa de mi abuela me parecía que tú estabas en Zaragoza y que podía encontrarte aunque no hubiera pasado la prueba, pero ahí ya sí que no podía apenas pensar, me fui directa a la cama y al día siguiente me llevaron a Barcelona en coche (no pude ir a la boda, y por cierto en otra boda de este verano me preguntaron por mi pie porque mi tía dijo que me había torcido el pie, y yo pensando “si tú supieras”, porque la mujer se pensaba algo raro, como si no hubiera querido ir a su boda o algo así). Dormí en el hospital, y vino mi psiquiatra a verme, me recetó medicación a saco y me fui para casa. Lo que pasa es que en cuanto pude (con la excusa de que me iban a cambiar la medicación) dejé de tomar las pastillas y me escapé de mi casa para seguir buscando respuestas, porque dudo que lo sepa explicar bien pero todo esto era demasiado importante para mí como para pasar sin más del tema, no ya solo por ti, sino porque veía mi curación como algo posible, sabes los chamanes pasan siempre una enfermedad iniciática y cuando se curan es cuando empiezan a ser capaces de curar, y yo siempre he sentido que tengo mi propio camino y en ese sentido intento tener poco miedo, o al menos intento combatirlo (miedos sí que tengo, y muchos). Ya te he contado que mi madre es muy sobreprotectora, y más con lo que me había pasado no iba a dejar que me fuera sola por ahí a pasear, así que desaparecí. Me fui a la Rambla del Raval y conseguí costo, me fui a un parque a fumar para acelerar el proceso y allí me dejé robar 50 euros, porque el dinero me importaba una mierda pero conocí a un tipo de por allí que me dijo que conocía a la señora y que había visto lo que había pasado. Yo estaba como en el Limbo, y me cambié de un banco a la hierba para estar al sol y el tipo vino a pedirme de fumar y empezamos a hablar y creo que ese tío ha estado en ese mundo paralelo porque cuando fumo con él me pasan cosas, y puedo hablar con mi mundo y él se integra. Aun hoy me llama de vez en cuando y nos vemos, aunque ahora estoy mucho más calmada. Él dijo “esta conversación quedará para siempre”, hablaba de mierdas y cagadas y cosas así con una pareja, y fue como si me dijera: “estás escribiendo en la eternidad, y hoy has filtrado esta conversación”. Lo que no sé es si él es consciente de que me dijo eso, le he contado que estoy enferma pero no creo que entienda demasiado del tema. Bueno pues yo tenía que ir a mear, él me había “escoltado” hasta Pl. Cataluña y me dijo que podía ir al Zurich, y yo pensé que ese sitio debía estar dentro de los que saben la historia, y me sentí como reconocida por el camarero, que me acompañó hasta el lavabo y me trató de PM cuando yo no había consumido nada. De ahí me fui a Arc de Trionf, buscándote, pensaba que te podría encontrar por Barcelona aunque no estaba segura ya que igual te habías ido por ahí aprovechando tus “vacaciones”. Allí me encontré un chaval que me invitó a coca, había alguien haciendo zapateados en la góndola esa o como se llame que hay en el parque, y yo te oía en el sonido, y el chaval de la coca se pensó que yo le decía que mi novio era el del tablao pero yo me refería a ti (y no como novio), el caso es que estuvimos hablando mucho rato, bueno él hablaba y yo escuchaba, era como estar en el cielo, como tener un ángel al lado, él me decía que se casaría conmigo en ese mismo momento, como si yo fuera la mujer de sus sueños, una paranoia. Yo seguía escuchando el ritmo del zapateao y al final nos cerraron el parque y me llevó en una furgoneta a mi casa, se paró en un sitio antes de llevarme y fue un flipe, en su cara podía ver a personas de mi vida, como si él estuviese haciendo de médium, vi al Gasta (mi psiquiatra), como si estuviese haciendo un viaje astral, y yo le besé casi sin darme cuenta, y la siguiente vez que le vi cara a cara me dijo “no te perdono algo que tú sabes” o algo así. Me dijo (en el cuerpo del chaval de la Ciutadella) que cuando yo iba a su consulta me daba una pequeña medicación y listos, pero como si él sí que supiera realmente cómo soy y que no estoy tan enferma. Algo raro. Ya en mi barrio me encontré con un viejo paseando un perro, y me lié con él (no me preguntes porqué, fue como cumplir un sueño de alguien, así me sentí). Pero yo no quería ir a casa, me encontré un moro que me subió a su moto y me llevó al paralelo y me dio de comer unos pinchos de carne en un local muy árabe, me dijo que su mujer le había hecho un conjuro con el que no podía sentirse atraído por nadie más que ella, y me lo tomé como una prueba, como si tuviese que ser capaz de hacerle disfrutar, porque no me parecía justo limitar así la libertad de nadie, la fidelidad debe nacer de la confianza mutua y del amor, y empezó a decir unas palabras muy raras, como susurrando, sonaban como música, como ritual, y se quedó frito, y yo no podía dormir por la coca así que vi la tele que por cierto me hablaba (esto es muy de esquizofrénicos), aunque no recuerdo lo que me decía. Por la mañana me fui, el tipo me dio 50 euros por haber estado con él, y los acepté porque fue como si me devolviese la vida los 50 que me había dejado robar. Me fui arriba de todo de Montjuich, desde donde se ve toda la ciudad, a hablar con mis voces. La verdad es que nunca me he sentido como que sé manejar todo aquello, honestamente te lo digo. Pero algo muy fuerte me tiraba aun hacia allí, yo iba aprendiendo, iba con esa actitud. Oía a un amigo de los scouts de hace mucho tiempo, es un chico un poco pijo pero ha viajado mucho, creía que él estaba dentro del juego, otro amigo que me aconsejaba, me decía que ese no era el camino (yo misma me sentía un poco culpable una parte de mí luchaba por mi libertad y mis sueños, ya que en mi casa me cortaban las alas, pero la otra era una especie de remordimiento, de que ese no era el camino) El caso es que me dio por pensar en mi madre, que debía estar pasándolo fatal, y, ingenua de mí, la llamé desde al lado de mi casa para decirle que estaba bien y que no se preocupase, que, simplemente, tenía cosas que hacer. El teléfono no funcionaba, tenía que haber pillado la señal y haber seguido mi camino pero subí a mi casa y me encontré a mi padre que me dijo “¿tú sabes cómo tienes a tu madre?” Cogí algunos dibujos, creía que la Puerta estaba cerca, iba a volver a Arco de Triunfo a enseñar mis dibujos, a compartir mi mundo de sueños que era lo que sentía que tenía que hacer para formar parte del mundo que busco, y mi madre me encontró, creo que cuando me iba a ir para allá. Cogí el móvil y justo me llamó interesándose por mí un Lama Tibetano que había ido a ver un día, me llamó mi jefa de Intermón, me llamó un amor que tuve hace un par de años (un guionista madrileño que, cómo no, también tuvo problemas de drogas y junto al que soñé mucho durante una época hasta que se quiso venir a vivir aquí para sacarme del ambiente de mi familia y me acojoné y además me dio mala espina aunque es un gran tipo y sobretodo muy leal a su gente, por eso me llamó, porque se había enterado por mi madre de que estaba desaparecida). Mi madre no me dejó coger el metro, había llamado hasta a la policía en mi ausencia, me dijo que era medio bruja (ella), y yo vi que al haber llamado a tantísima gente por mí había creado una capa de pensamientos hacia mí que me beneficiaba, así que quien sabe, igual lo es (luego no ha reconocido haberme dicho una cosa así en la vida). El caso es que acabé en una ambulancia otra vez, solo que esta vez me quedé más de 15 días en el hospital, en la planta psiquiátrica. Lo pasé fatal. Yo que estaba decidiendo apostar por la vida, que quería ver la luz del sol, que estaba buscando mi libertad, encerrada en las paredes de un manicomio moderno. La moral por los suelos. Ese año ya no hice nada de la Facultad, las pastillas son una puta mierda y me cogió una depresión de la hostia (con perdón). Por lo menos conseguí que me soltaran pronto, y bueno, a dos asignaturas sí me presenté y las saqué las 2 con sobresalientes (que me lo expliquen, ¿no es la esquizofrenia la enfermedad de las mentes pobres? ¿no se pierde la concentración? Ahora me dijeron que me cogiera 1 sola asignatura, y me he cogido 4, y me sobra el tiempo por todos lados).

Bueno pues mis viajes están más o menos explicados, me han contado que no puedo fumar porros porque es echar gasolina al fuego, porque actúan en la dopamina que es ese neurotransmisor que se supone tengo en exceso y por eso alucino. Pero yo me resisto, mira me han hecho fumadora, yo que no había fumado en la vida y ahora me tengo que “colocar” para quedarme en un estado “normal” y quitarme los efectos de la medicación los fines de semana cuando voy a Calafell y quiero crear cosas, o trabajar en mi propia historia que es mi más importante obra de arte. Con Vicente (el que conocí en el Raval) aun quedo y fumo de vez en cuando, y he conectado alguna vez con las voces. Una vez estaba yo pensando en ti y un negro del banco de al lado dijo “Andre”. Yo ese día creía que ibas a aparecer. Los niños son muy fáciles de meter en el juego, porque ellos están acostumbrados a estar en lugares mentales más puros. Hablé con una niña que hacía equilibrios en unos palos de madera. Oía voces de “sí que vale” “no vale”, como si siguiera la cosa esa de que yo soy la elegida para no sé muy bien qué, como hablar por todos o algo así, mi padre alguna vez me ha dicho que él se creyó el elegido y no lo fue, pero dice que yo sí. Como si la propia gente del mundo de las drogas me estuviese juzgando para ver si seré capaz de encontrar el sentido que tienen, o el mundo entero me vigilase a ver si doy los pasos hacia la luz como sueño que hago, solo que ahora no puedo ir a ese otro mundo a aprender, y tal vez sea mejor, no sé. La bruja de Calafell le decía a su madre que yo iba a acabar peor que ella, a ella se la tiene por loca en Calafell, y bueno una vez me acusó de llenarle la casa de gas y de querer matarla y llamó a la policía y tuve que quedarme allí esperando a que vinieran y fue una locura, muy bien no debe estar de la cabeza esa mujer. Me vio débil un día que conectó conmigo, me recomendó mucha zanahoria para cuidarme, me tenía mucho cariño desde el día que nos conocimos hasta que me acusó de querer matarla. Un día oí: “ya está pintando”. Y era verdad. Bajé con la ropa manchada de pintura y había unos técnicos que ella decía que había llamado yo, y no era verdad pero sí era verdad que los necesitábamos porque el friega estaba estropeado. Fue el día de la acusación.

Y ahora… bueno, ahora estoy controlada por la medicación, pero empiezo a recuperar mi espacio, voy a Calafell los fines de semana y escribo en una libreta, y coso los pedazos de vida que vienen a mi memoria, para ver a dónde voy, y creo que voy a buscar en mi enfermedad el sentido, que seguro que lo hay, algo te he contado en esta carta, al menos el poder asegurar que lo que yo he visto existe, ya sé que no lo he interpretado demasiado bien, seguramente vas a flipar mucho con esta carta y no tendrás ni idea de lo que hablo, y si te cuento que en Urgencias antes de subir a planta (me pasé 4 días) te percibí como si estuvieras en la Pica D’Estats con tu yembé y más gente me vas a decir que estoy loca (tranquilo, no serás el primero ni tampoco el último), y que no estabas ni pensabas en estar allí, y si te digo que oí tu lamento como si tú también estuvieses aprendiendo a moverte por esos terrenos (seguramente desde antes que yo) dirás que no es así. Pero lo que he percibido existe aunque no lo sepa explicar con palabras, estoy yendo a un seminario en EINA sobre “el arte y el infierno”, y el día que hablamos de pintura salió un cuadro donde un enfermo psiquiátrico había pintado una conexión con el cosmos que era como lo mío, y vino un artista que me cayó de PM que fue el que decía que nadie es nadie para llamar loco a nadie. Y sigo mi camino, la verdad es que estoy mucho mejor, mi ex casi se muere porque si yo caigo, ¿en quien se apoya él? No me deja ni fumar en su presencia (miento, la última vez me dejó pero le ha costado un huevo), ni en mi cumple, que también estuvo mi hermano y no me dieron ni una calada. La verdad es que he estado muy mal, mis amigas ahora empiezan a decirme que me ven mucho mejor, pasé una época (cuando me viste en Apolo estaba fatal, por ejemplo, y por cierto, menuda esquivada), unos meses muy chunga mi hermano dice que tenía cambios de humor muy bestias pero no pienso olvidarme de lo que he visto, quiero ser capaz de sacar algo de ahí, aun no lo puedo explicar bien pero quien sabe, si sigo escribiendo y experimentando con los porros (por cierto, se me da bien conectar con la gente cuando fumo, voy más alicaída pero puedo ver más dentro que cuando no fumo), bueno con o sin porros, que eso ya no me parece tan importante y solo lo hago porque estoy convencida de que los antipsicóticos frenan la creatividad, y no me da la gana, pues sea como sea, como dice Bunbury “dicen que si continúas a algún lugar llegarás” (por mucho que luego se desespere y diga “debe de hacer falta bastante caminar”). “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

Otra cosa que me vienen ahora a la cabeza, un día fumé con Vicente en la España Industrial y me entró deseo por ti, me sentía como en la selva, a ti te veía sexualmente como un leoncito tierno, como muy instintivo, me dabas unos besos de alucine, bueno el caso es que apareció en ese momento un vendedor ambulante de tangas (de tangas!!!¡¡¡¡ ¿?¿?¿?). Fue muy bueno.

Bueno antes era muy valiente para estas cosas pero ahora dudo que me atreva a mandártela, empiezo a pensar que estas cartas solo me sirven a mí, de hecho me encantaría tener las que le mandé a Josep (mi trovador). Dicen que todo lo que no se comparte se pierde, pero puede que no sea esta la manera de compartir. Seguramente me ha pasado contigo lo mismo que me pasó con Josep, que soy yo sola la que ha trascendido la historia y estoy sola en mi imaginación, y puede que sea real que yo percibo o percibí al menos parte de vuestra esencia pero si no puedo compartirlo con vosotros, ¿de qué me sirve? Solo como autoconocimiento, curiosamente tengo a Quirón entre la casa 7 y la 8 de mi carta astral (Quirón es donde está la mayor herida y el maestro de donde se puede sacar el poder de autocuración, la casa 7 es la de las relaciones de pareja y la 8 la del sexo). Pero igual lo intento, porque esta vez ha sido todo muy físico y puede haber la remota casualidad de que lo entiendas ni que sea en parte. Además, esto está en mi ordenador así que esta vez no lo pierdo aunque te lo mande. Si te sirve de consuelo, ya no estoy enamorada de ti, solo un poco obsesionada porque me he quedado un poco confundida con todo lo que has desatado en mi vida, pero vamos que si te mando esto te estoy proponiendo tan solo una amistad (es una pena después de los besos que nos dimos en Apolo, pero tranquilo, la medicación me quita el deseo sexual así que no me voy a tirar a tu yugular).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Imaginar un món propi no subjecte a regles on el pensament depèn més de les motivacions afectives que no les de la lògica, ens fa creatius. La relació entre els teus pensaments i el llenguatge porten a crear "l'historia de la teva crisis” com a forma mes habitual per expressar els teus sentiments convertits en paraula.
Interessant i amb molta personalitat!!!

Anónimo dijo...

T'estimo

fatima dijo...

Es Dr.EBHOSE usted puede email él si necesita ayuda en su relación ebhodaghespell@gmail.com
Te prometo que sus problemas se resuelven de inmediato. Después de estar en
relación con él durante siete años, me dejó, yo hice todo
¿Podré yo hacerle volver atrás, pero todo fue en vano. Quería
por el amor que siento por él, suplicó, pero él se negó hasta
explicado mi problema con alguien en línea y ella me sugirió que debería
más bien por correo un lanzador de conjuros que me podría ayudar a un hechizo que le trajera
espalda, pero soy el tipo que nunca creyó en hechizos, no tenía más remedio que
Pruébalo, enviado al taumaturgo, dije no hay problema
todo estará bien dentro de tres días, mis ex vuelven a mí
dentro de los tres días, el hechizo fue lanzado y, sorprendentemente, en el segundo día,
que fue alrededor de las 4:00 pm. Mi ex me llamó, yo estaba tan sorprendido, respondió el
llaman y todo lo que dijo fue que estaba tan mal por todo lo que pasó,
quería volver a mí, que me encanta tanto. Yo estaba tan feliz y
sorprendido. Desde entonces, he hecho la promesa de que todos los que conocemos la voluntad
nunca tienen un problema de relación, que me voy a referir al hechizo
lanzador para ayudar. Cualquier persona puede necesitar la ayuda de la máquina de colada, su
email ebhodaghespell@gmail.com
También hizo muchos hechizo-like,

(1) quiere que su ex atrás.
(2) Usted siempre tiene pesadillas.
(3) Para ser promovido en su oficina
(4) ¿Quieres un niño.
(5) ¿Quieres ser rico.
(6) quieren mantener su esposo / esposa a ser solo tuya para siempre.
(7) la necesidad de asistencia financiera.
8) ¿Quieres estar en control de que el matrimonio
9) ¿Quieres ser atraído a la gente
10) La falta de hijos
11) ¿NECESITA UN ESPOSO / ESPOSA
13) Cómo ganar su LOTERÍA
14) HECHIZO DE PROMOCIÓN
15) HECHIZO DE PROTECCIÓN
16) HECHIZO DE NEGOCIO
17) BIEN TRABAJO HECHIZO
18) cura para cualquier enfermedad / H.I.V.
Póngase en contacto con él hoy en: ebhodaghespell@gmail.com
o le WhatsApp en +2348032230074