La Confianza

Dicen que “todo el mundo es inocente hasta que se demuestra lo contrario”. Sería muy bonito estar en un mundo donde la desconfianza no hiciera falta, pero como es como es, también se dice eso de “piensa mal y acertarás”.

Por muchas vueltas que de la vida, es muy sano sentir confianza. Podría decir que la confianza habita en las raíces profundas de la salud, puesto que si no confías en ti no serás nunca nadie en la vida, y si no confías en el otro pues tampoco, porque sin los demás, por muy independientes que queramos ser, tenemos que reconocer que no somos nada.

La confianza no es tan solo la base de la salud, sino también del amor. Otra cosa que dicen es que “ el miedo te dice: quiero darte seguridad, mientras que el amor te dice: estás seguro”. O “el amor es ciego porque la amistad cierra los ojos”.

Cuando sentimos confianza sentimos armonía en nuestro interior. La confianza se puede relacionar con la Fe, porque no siempre tienes motivos racionales para sentirte seguro o segura con una persona determinada, y sin embargo nos sentimos confiados cuando sentimos amistad o amor romántico por las demás personas, incluso por nosotros mismos.

Cuando esta confianza se rompe, es como si una vela se extinguiese. Nos sentimos perdidos en un mundo de tinieblas donde siempre habrá un doble camino: trabajar por recuperar la confianza perdida o tratar de arrastrar al otro al mismo agujero donde te encuentras tú.

Es un mecanismo inconsciente que todos tenemos y practicamos seamos o no conscientes de ello, aunque afortunadamente siempre se puede recuperar porque siempre habrá gente en el mundo que te devuelva una sonrisa, un niño que te cruces al que le brillen los ojos o alguien que te tienda una mano cuando lo veías todo perdido.

Pero tenemos que estar despiertos para captar esas sutilezas, y a veces, cuando hemos perdido la confianza, es muy difícil.

Las personas que hemos pasado por psiquiátricos y hemos sufrido el rechazo de la gente pasamos continuamente por la prueba de la confianza. Hay enfermedades que nos quitan esa confianza, o momentos, confusiones, y a veces con motivos reales porque llega un momento que nos relacionamos solamente con gente con problemas gordos, o mayoritariamente, y como he dicho antes donde falta se tiende a intentar que le falte al otro. Es una mierda, pero es así.

Por eso me gustaría aprovechar este programa para recordaros y recordarme a mí misma que siempre habrá gente que estando bien ayude al que no lo está, y recordar la importancia de tratar bien a estas personas para que no pierdan la confianza como nosotros y acaben por mandarnos a la mierda en lugar de darnos luz. A nosotros y a los que vengan después.

-.-Texto de hace algunos programas-.-