28.10.08

Serpiente Subterránea. En busca del Orden sumersa en el Kaos

El Kaos. Ese vaivén cuya otra cara de la moneda es el Orden: mi orden. Ese orden que se cae a trozos en cuanto pasa el tiempo necesario, y que vuelvo a ordenar segun la practicidad o azar del momento. Un cigarrillo indio me acompaña, como los ritmos que hace mi hermano con la darbuca que me regalaron por mi cumpleaños, sobre UB40 (esos viejos, segun dicen).

Me pregunto acerca de la felicidad. Pienso que tiene que ver con la tranquilidad de la conciencia, así como con miles de estrategias, conscientes o subconscientes, que el inconsciente es más vasto y rico en matices de mil colores que se funden y se confunden en el eterno ir y venir de los pensamientos, sentimientos y vivencias.

Gato mexicano mueve su cabeza cuando le tocas.

Ah, hablemos del TAI (tratamiento ambulatorio involuntario). Manda huevos. Un juez ha aprobado tal medida. Hasta hoy, si no te querías medicar, en principio no se te podía obligar (y digo en principio porque no hay que olvidar los lavados de cerebro que se llevan a cabo allí donde yo no entiendo y ellos toman el control de la situación, sin demasiado éxito, por cierto), a no ser que estuvieses incapacitado (que no es lo mismo que tener una disminución). Ahora el trámite se ha acortado, y si se les pasa por el forro de los cojones, el juez ha aprobado esa ley segun la cual estás obligado a hacerlo. Sin olvidar, claro está, que la razón dice ser que "todo enfermo mental es un delincuente en potencia". A lo que yo les digo: "más fuera que dentro" (hay que joderse). Siempre fueron peores los "legales" (los "ilegales legalizados"). Esos son los peores. Sin duda.

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