30.9.10

El arte conceptual no tiene alma

El arte conceptual es como una guitarra virtual, se ha desvinculado tanto de la subjetividad emocional que no admite intérprete, se desvincula de aquello que nos hace vibrar por empatía, y solo puede ser comprendido desde una frialdad necesaria pero demasiado superficial para lo que entiendo como verdadero arte: traer el cielo a la tierra, esto es, hacer tangible lo intangible.

21.9.10

El No-Lugar

Por lo que me vienen enseñando, el arte contemporáneo tiene lugar en ese no-lugar que tiene la facultad de poder estar en cualquier otro lugar.

Esto me parece interesante en cuanto a la autogestión, es decir, tener tu espacio como puede ser un blog, sin que tengan que intervenir las instituciones del arte para poder exhibir tu obra.

El gusto lo mueve la política, el dinero, el poder adquisitivo que se deja llevar por los críticos y teóricos del arte.

Pero ¿Cómo saber realmente lo que es el arte hoy en día?

Hoy en día, todo el mundo hace arte. Todo el mundo tiene acceso a un ordenador desde el que diseña, los diseñadores gráficos salen de debajo de las piedras y el pintor de pincel está relegado a una bunkerización que no tendría xq ser tal.

Es como la fotografía analógica y la digital. Si la fotografía digital ha sustituído a la analógica... ¿debo entender que el arte de pincel se va a ver sustituído por el digital ???????

Espero que no, pues aún soy algo romántica en algunos aspectos, y aunque por ordenador se puedan hacer muchas cosas, hay otras que no se puede.

En el caso de la fotografía me parece mucho más rentable la digital, se puede trabajar prácticamente igual, pero no se me ocurre que la pintura como tal vaya a dejar de existir, con lo cual entraríamos en el debate que nos ocupa en teoría de la foto sobre el cuerpo.

Cuerpo móvil que acompaña al fotógrafo (analógico o digital), y cuerpo que tiene gesto que convertido en pincelada da los cuadros que pronto volveré a producir, sin saber del todo dónde posicionarme a nivel ideológico pero con una cierta idea.

Me gusta que el tiempo contemporáneo sea un lienzo en blanco, pues la Nada es la posibilidad del Todo. Pero no olvido la tradición, no olvido la historia que llevo conmigo y mis temas aun son algo espirituales cuando no es eso lo que se lleva hoy en día.

Mi reto es posible que sea unir estos dos opuestos: tradición y vanguardia, aunque me sitúe un siglo atrás y me gusten las vanguardias antíguas, me cuesta romper con lo anterior, me cuesta encontrar la nueva forma que hable de lo siempre presente.

Una espiritualidad en decadencia, pero siempre presente (si no estuviera, ya no estaríamos vivos: nos habríamos tirado por la ventana dado el mundo politizado y controlador en el que vivimos).

La libertad pugna por salir. Y puede salir reciclando viejos patrones que llevamos incorporados, porque no todo lo pasado debe caer en el olvido, ni todo lo nuevo está destinado a inmortalizarse con el paso de los siglos.

En todo caso, vivimos tiempos de movimientos feroces que amenazan con devorarnos si no nos abrimos al cambio, y los falsos profetas proliferan con una prodigiosa magnitud debido a la confusión presente de una situación que mantiene al sujeto contemporáneo en una posición de imperiosa vulnerabilidad.