28.7.15

La actitud

Somos uno y somos todo. Individuos y sociedad. Independientes y dependientes: interdependientes. Necesitamos de los demás, necesitamos sentirnos confiados en nosotros mismos, y rodeados de gente que no nos socave nuestra confianza, sino todo lo contrario. Sobretodo en los momentos en los que carecemos de autoestima o recursos emocionales para cuidar de nosotros mismos. 

Cuando sufres de la incomprensión de la sociedad y te denominan loco, la mejor actitud que puedes tomar, contra todo lo que digan las instituciones, es no creértelo. O por lo menos no tomártelo al pie de la letra. Como decía David Ben Gunion, "quien no cree en milagros no es realista". Y si ellos no creen, debemos creer nosotros mismos. 

No digo que no haya que aceptar las limitaciones, o la realidad. En la oración utilizada por Alcohólicos Anónimos ya se dice: "Dios mío, concédeme SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar, FORTALEZA para cambiar las que sí puedo, y SABIDURÍA para reconocer la diferencia".

Es decir, tampoco es que vayamos a comernos el mundo solo por creérnoslo, pero si no creemos que sea posible, ¿cómo lo lograremos? Dios mío, ¿por qué no me tocó la lotería en toda mi vida? Hijo mío ¿ya jugaste? Y no es que me vaya el juego personalmente, pero es una metáfora que me parece digna de mención.

Somos himanes de lo que nos sucede, para bien o para mal, como regla general. Y quiero creer que las excepciones a esto son equilibradas por el universo más tarde o más temprano. Es decir, que si nos meten en un hospital y nos machacan (como sucede) con apreciaciones sobre nuestra persona del todo negativas y nos lo creemos, jamás saldremos del pozo. 

Yo llevo años entrando y saliendo del pozo. Sé cómo salir, pero digamos que los enemigos perseveran de igual modo. Por eso es conveniente tener aliados, y, teniendo una actitud positiva y constructiva hacia nuestros fines (sin pisar por eso los de nadie, sino no funciona y tarde o temprano caeremos) apoyarnos en esas personas que nos reafirman en nuestras propias convicciones positivas y nos dan aliento cuando nos sentimos faltos, y caemos cegados en nuestra propia negatividad.

Es decir, no es tan solo tomar una actitud positiva, es del mismo modo tener personas que nos recuerden quienes somos, verdaderos amigos, esos raros, difíciles de encontrar, preciosos, como estrellas en la mar.

Desgraciadamente, eso no siempre ocurre. Pero siempre aparecerá alguien, y la correcta actitud en mi humilde parecer debe ser la de buscar esos verdaderos aliados pero al mismo tiempo ser suficientemente fuertes, pacientes y perseverantes en nuestra fe como para levantarnos solos en el caso de sentirnos en algún momento abandonados, y que los demonios no nos ganen la partida. Saber que por muy solos que nos sintamos, jamás lo estamos.

Pedid y se os dará, el verdadero secreto de la abundancia es la generosidad, si no tienes amigos siembra amistad y sobretodo, nunca pierdas la fe. Dar es darte, quitar es quitarte, sumar suma y restar resta. 

Resumiendo, la actitud es difícil de perfeccionar pero se puede. Todos cometemos errores y a veces perdemos la objetividad sobre nosotros mismos o sobre los demás. Pero debemos hacerle un hueco al análisis objetivo de lo que somos ya no solo en el plano material, sino en el espiritual. Porque el que sana el alma, sana el cuerpo. Tanto con nosotros mismos y nuestra relación con la espiritualidad, como con y hacia las personas que nos rodean, especialmente (en los momentos malos) hacia las de mayor confianza (cuando estemos mejor ya lo extenderemos al prójimo en general, generando así mayor autoconfianza en nosotros mismos).

Y para finalizar, recalcar la importancia de la solidaridad. Porque hacer feliz a alguien es hacerte feliz a ti, todos tenemos carencias y abundancias, pero dicen que el verdadero secreto de la abundancia es el dar, y también el no poseer, puesto que nada nos pertenece y de ese modo todo nos será dado. En esto recordar que me parece uno de los pilares de esta asociación Nikosiana, puesto que poder compartir experiencias, tanto emocionales, como mentales y espirituales, es terapéutico y sanador, y agradecer a todos los presentes esta oportunidad de poder compartir tanto el dolor como la experiencia extraída de él, tanto a los que estamos aquí como a los que nos oís a través de las ondas. 

Feliz miércoles, bendiciones a tod@s.

26.7.15

Sobria

En el centro de mi centro, tal vez resida el amor. Porque somos verdaderos, en las sendas del devenir de los tiempos. Donde el maligno engaña, mata y roba, pero en el verdadero centro que es la calma, a la que nos negamos tentados por los avatares de la vida con el diablo aprovechando cada grieta, cada rencor, y cada dolor, existe la luz que todo lo puede. ¿Y cuál es entonces ese sol que ilumina nuestras ignorancias? Los griegos no pretendían poseer cosas, no competían al mejor coche, a la mejor marca de ropa, o a la mejor apariencia, sino a la mayor sabiduría. El ego y sus batallas probablemente existían igual, pero de otra manera. Así como la verdadera sabiduría.

Yo tengo conflictos con el perdón. Soy capaz de olvidar hasta cierto punto, perdonar es liberarte de toda esa mierda que otros dejaron en ti, pero en caliente nunca fue lo mismo que en frío y la vida es dificultosa en ese sentido. Hay momentos en los que realmente no se puede comprender por qué pasan las cosas que pasan, si es que tienen un sentido. Me pregunto por qué permitirá Dios las injusticias... acaso permita el error tan solo para aprender de él, del mismo modo en que solo quien llora puede conocer la alegría y tan solo los valientes que se atreven a su locura particular (por ejemplo la fe) conocerán la sabiduría.

Pero me cuesta. Me cuesta creer que me traten como nunca traté, o que me quieran desviar de mi verdadero rumbo. Que no me dejen en paz, o que no lo pretendan. Que para ganar la paz sea precisa la guerra. Eso me saca de quicio. No lo entenderé jamás. Somos unos putos ignorantes (con perdón de la expresión). No nos damos cuenta de que el mal que hacemos nos lo estamos haciendo a nosotros mismos, y el bien que hacemos del mismo modo nos volverá. Y parecemos gilipollas (con perdón otra vez de la expresión) por reafirmarnos en cosas que no nos convienen.... y cuanto más en calma estás, más turbadores aparecen al acecho.

Hay día, hay noche. En la noche hay sombras, que desaparecen cuando vuelve a salir el sol. Y todo entonces se sabrá. Pero estoy algo lunar, aunque mañana sea domingo (el día del sol -sun day-). En el sentido de intuiciones y cosas que no logro comprender, que hay cosas que se me siguen escapando aunque tenga una ligera idea, que suceden sin que aparentemente se pueda hacer nada al respecto, porque no se comprenden, o porque no llegan del todo a la conciencia. Dicen que solo lo que llega a la conciencia es justo, pero el maligno tratará de cegarnos a cada instante, al tiempo que la luz nos ilumina y nos da calma, y es un eterno vaivén que nunca cesa.

No me molesta la soledad, y estoy a gusto en ella. No es que me caiga mal la gente, pero siempre salen conflictos porque somos humanos, y tengo mucho espacio propio donde escribo, leo, medito, y oro menos de lo que debería, pero todo se andará.

La razón es cierto que es más cuerda que la intuición, pero ¿de dónde sacaría el material para ordenarse si no existiera lo incierto?

Tengo tantas dudas que si no fuera por todo lo que he sufrido me pasaría la eternidad reencarnando para poder vivir y experimentar todas las maravillas que Dios ha puesto en esta tierra para que disfrutemos de ese regalo llamado VIDA. Aprendiendo, rectificando, a veces he querido morir pero ahora me apetece seguir aquí, y aunque sigue habiendo piedras en el camino me apetece seguir disfrutando. Sin drogas por cierto, aunque me quede algún cigarro por fumar y alguna copa (supongo) que tomar. Pero aunque sigo cronopia más que fama (véase Cortázar), me estoy volviendo más apoliníaca que dionisíaca. Y me han regalado una botella de vino que imagino me beberé en algún momento, pero en el presente disfrutando de mi sobriedad.

Ojo! Que sigo siendo Obélix. Hoy me sentía ebria y me había pedido un agua fría (?) Mi cerebro es dionisíaco en su cuna, tengo una mente ebria incluso sobria, pero soy capaz de racionalizar mis emociones mejor de lo normal, y desimplicarme de ellas (que son fuertes) para analizarlas o hablar de ellas. En eso soy escritora, aunque hoy, sobria, me salga más la prosa que el verso, cuyo origen es el dolor del que Rilke hablaba tan bien (el del verso).... Dios es misericordioso y ha permitido que sufra dolores inexpresables, pero me dio esa herramienta para que no me acabara cortando las venas llevada por la pasión del momento o por la fuerza del mar insondable que es el subconsciente.

Otra cosa que me apetece en esta nueva sobriedad (no tan nueva pero bueno, hoy en concreto la disfruto, acompañada y en soledad) es volver a leer. He leído en FB algo sobre que es más importante escuchar que hablar, porque hablando repites lo que ya sabes, y escuchando aprendes cosas que no sabes. Y eso se puede hacer acompañado (hablando) o sola (leyendo).

Viva la luz del discernimiento, viva la calma de la sabiduría, viva la vida y viva el amor. Amén.

4.7.15

Sobre el amor

Amores pasados, amores caducos, amores pisados. Y otros que están por venir. Cansada ya de esperar, sin desesperar. Y con la ilusión rota de un presente que se me antoja improbable, que lo imposible no existe, pero a mí hay cosas que me sientan mal y no puedo arriesgarme a echar más leña al fuego, que ha sido el caso, que no acabo de encontrar ese remedio, que no sea peor que la enfermedad! Y en toda esta aventura, un amor que se escapa, porque no puede ser... a no ser, que me meta en un tinglado, que creo no me sienta nada bien. Y con esto sigo mi rumbo, sola y acompañada a la vez, traicionada por muchos que me aman en secreto, elogiada por otros que me apuñalan por la espalda...... en una guerra donde tan solo fui atacada, por defender la paz. En unas cadenas que me son impuestas por creer en la libertad. En una vida que no es vida, pero que intento vivir lo mejor que puedo. Muerta y resurrekta en ocasiones, sí, todo sea por transmutar. Con viejos dolores que acechan, por no saberlos superar. Y sin los medios aparentes de derrocar el tinglado, que Dios aprieta pero no ahoga, y digo yo, que la salvación debe de existir, así como la condena. Que intento hacer las cosas lo mejor que puedo y sé, que no sé si eso es mucho saber, o creer, que todo puede resolverse, aunque cada paso que doy se encadena con el anterior para dar nueva forma al drama que es mi vida, y que intento vivir con la alegría que puedo, dentro de lo que me es posible, dadas las limitaciones de los que temen a la libertad, y se toman derechos que no les pertocan, como los prejuicios, o las temeridades que -me dicen- hacen por no quedarse conmigo. Que no encuentro la salida, pero creo creer que existe, y que en el mismo problema está la solución, en eso no he cambiado, en la enfermedad existe la salud como la alegría en la pena, acaso por eso sea capaz de reirme aún en la desgracia, y a veces hasta con ganas, o por esos duendes que acompañan mi saber, que me dicen no es poco, pero que yo dudo como siempre, por no creerme mejor que nadie, porque el dudar es lo que me imponen los necios, los impíos, o los que se creen cuerdos pero no lo son, pues si lo fueran no necesitarían de mí como chivo expiatorio a sus amagos de creerse mejores, pues no lo son, a través de cargarme con sus muertos, que no son pocos. Y me dicen que soy elocuente, pues no es lo mismo sentir que pensar, y que se vayan al cuerno los que saben de esto y no hacen nada, porque puede ser que llegue el día en que les toque algo semejante a lo mío, y como traten serán tratados, en mi humilde modo de entender, la vida y la libertad humana, cuyas cadenas reales no son más que las consecuencias de nuestros actos, para bien y para mal, y aunque parezca mentira que lo diga yo.