Hoy es un día triste.
Siguen siendo muchas las cosas q vivo sin q nadie las sepa, sin q se vean, ignorando si son para bien o para mal, intentando estar ahí pero sin saber si estoy en el camino correcto. Tratando de superar la dualidad y pensando q las cosas a veces no son buenas ni malas. Solo son. Con la muerte pisándome los talones, no por mí, se fue Jota, se ha ido, ya no le veré más. Todavía no lo he superado y me entero q se está a punto de ir Bob. Mi querido Bob, y su "sé niña siempre". Dos personas cuyo interior estaba lleno de pureza, aunque lo llevaran de diferente manera. Poco después de que se fuera mi padre, para nunca volver.
Sé q la muerte es un paso más. Q no es el final. Sé q un día volveremos a encontrarnos, q estamos de paso, q el amor es lo único q perdura en el tiempo, y en la eternidad. Pero no puedo evitar estar triste, y volver a sentir esa necesidad de escribir para exorcizar, para dejar constancia de mis pensamientos, no para q nadie los lea, sino para q no habiten en mí.
Por si alguien los lee, de todas formas, decir que escribir es una fuerza increíble. Una vez estuve a punto de suicidarme (y eso q soy vitalista). Lo escribí en un papel. Escribí todos los detalles, el por qué, el cómo, todo. Se me fue esa horrible idea de la cabeza. Por si a alguien le sirve, digo.
Bob... un amigo del alma, como pocos en esta vida de locos. Percepciones conjuntas, delirios (o no), experiencias fuera de lo común... pero ante todo AMISTAD. Sabía sacar el niño o niña q todos llevamos dentro, le recuerdo y se esboza una sonrisa en mi cara cuyos ojos lloran, recordando por ejemplo esas fiestas de Gracia donde desaparecimos y jugamos a ser niños, bailando, cantando, gritando bajo la lluvia... daba igual. Siempre con una sonrisa para todos, ocultando el enorme sufrimiento q padecía por dentro, y q se le entreveía en un semblante serio y profundo q se le ponía cuando nadie le veía.
Duermo mal. Mis batallas, justas o no, por destino o por la cara, me tienen agotada. Y tengo toda una vida q sacar adelante, y hasta una hija q digan lo q digan los papeles es mi responsabilidad y mi luz, mi bendición y mi trabajo diario. A veces no puedo con ella. Estoy mal y quisiera estar siempre bien para poder darle más, para poder ser mejor, para q no tenga q tragarse mi sufrimiento y mis desgracias.
La vida es dura, pero tiene cosas maravillosas. Cuando viene y me abraza, cuando dice mamma.... Dios, quisiera darle un mundo mucho mejor del q tenemos, y de veras, de veras creo q es posible, q podemos cambiar lo q nos duele, q podemos hacerlo mejor. Pero el cansancio, a veces emocional y otras veces mental, a veces físico y otras energético, nos hacen sentir q no se puede.
Pero se puede. La vida es una canción, un cuadro, un poema. Un misterio por resolver, lleno de cosas, normales o extraordinarias, fantásticas y horribles, Dios sabe para q, adivinarle, adivinar el amor... para q acabe desvaneciéndose en la nada.
Sé q no es el fin, q nos volveremos a ver. Pero ya no podré en todo lo q me queda de vida llamar a esas personas, hablar con ellas, o decirles cuánto les quiero.
Siguen siendo muchas las cosas q vivo sin q nadie las sepa, sin q se vean, ignorando si son para bien o para mal, intentando estar ahí pero sin saber si estoy en el camino correcto. Tratando de superar la dualidad y pensando q las cosas a veces no son buenas ni malas. Solo son. Con la muerte pisándome los talones, no por mí, se fue Jota, se ha ido, ya no le veré más. Todavía no lo he superado y me entero q se está a punto de ir Bob. Mi querido Bob, y su "sé niña siempre". Dos personas cuyo interior estaba lleno de pureza, aunque lo llevaran de diferente manera. Poco después de que se fuera mi padre, para nunca volver.
Sé q la muerte es un paso más. Q no es el final. Sé q un día volveremos a encontrarnos, q estamos de paso, q el amor es lo único q perdura en el tiempo, y en la eternidad. Pero no puedo evitar estar triste, y volver a sentir esa necesidad de escribir para exorcizar, para dejar constancia de mis pensamientos, no para q nadie los lea, sino para q no habiten en mí.
Por si alguien los lee, de todas formas, decir que escribir es una fuerza increíble. Una vez estuve a punto de suicidarme (y eso q soy vitalista). Lo escribí en un papel. Escribí todos los detalles, el por qué, el cómo, todo. Se me fue esa horrible idea de la cabeza. Por si a alguien le sirve, digo.
Bob... un amigo del alma, como pocos en esta vida de locos. Percepciones conjuntas, delirios (o no), experiencias fuera de lo común... pero ante todo AMISTAD. Sabía sacar el niño o niña q todos llevamos dentro, le recuerdo y se esboza una sonrisa en mi cara cuyos ojos lloran, recordando por ejemplo esas fiestas de Gracia donde desaparecimos y jugamos a ser niños, bailando, cantando, gritando bajo la lluvia... daba igual. Siempre con una sonrisa para todos, ocultando el enorme sufrimiento q padecía por dentro, y q se le entreveía en un semblante serio y profundo q se le ponía cuando nadie le veía.
Duermo mal. Mis batallas, justas o no, por destino o por la cara, me tienen agotada. Y tengo toda una vida q sacar adelante, y hasta una hija q digan lo q digan los papeles es mi responsabilidad y mi luz, mi bendición y mi trabajo diario. A veces no puedo con ella. Estoy mal y quisiera estar siempre bien para poder darle más, para poder ser mejor, para q no tenga q tragarse mi sufrimiento y mis desgracias.
La vida es dura, pero tiene cosas maravillosas. Cuando viene y me abraza, cuando dice mamma.... Dios, quisiera darle un mundo mucho mejor del q tenemos, y de veras, de veras creo q es posible, q podemos cambiar lo q nos duele, q podemos hacerlo mejor. Pero el cansancio, a veces emocional y otras veces mental, a veces físico y otras energético, nos hacen sentir q no se puede.
Pero se puede. La vida es una canción, un cuadro, un poema. Un misterio por resolver, lleno de cosas, normales o extraordinarias, fantásticas y horribles, Dios sabe para q, adivinarle, adivinar el amor... para q acabe desvaneciéndose en la nada.
Sé q no es el fin, q nos volveremos a ver. Pero ya no podré en todo lo q me queda de vida llamar a esas personas, hablar con ellas, o decirles cuánto les quiero.