17.2.10

Pasando los días de frío

Pasa el tiempo y hoy por hoy mi psiquiatra me dice que soy clarividente. Cuando fui al hospital poseída, viviendo lo que dice Itziar que era como una película de terror, embarazada y todo (no tiene nombre la codicia de algunos) denuncié a Enrique Bunbury. Lo comprobaron, y no me llaman ya paranoide (y mira que suena a paranoya llegar a un hospital diciendo que un cantante de música te está atacando astralmente). Lo que quieren de mí, lo ignoro. Usarme como instrumento, utilizar mis potencialidades como les venga en gana. Dios no quiera que eso pase, pues aunque ahora mismo no estoy interesada en las artes ocultas no me da la gana de que las usen entes ajenos a mí con finalidades que jamás serían las mías propias. Si soy así, por algo será, aunque puede que no sea el momento de descubrirlo.

Por lo demás sigo tratamiento de arteterapia y reescribo la historia de mi vida, analizando mi ánimus, escribiendo sobre papel sobre mi relación con mi padre primero, y con otros hombres después. Con mi madre y las mujeres, con mi hija Luana aunque sea pronto para que sea interactuando con ella pero poniendo en la base lo que pueda hacerme falta.

Sin ir demasiado a la radio, aunque sí a las clases de la facultad que me he matriculado de tres, y de vez en cuando al gimnasio. Haciéndome reiki casi a diario y chi-kung de vez en cuando y así va pasando la vida, preocupada por la pasta que ya me quedo a 2 velas en breve y poco más, pendiente siempre de mi medio pomelo que hoy por hoy es un hombre que está a la altura de mis deseos ilusiones y esperanzas, quien sabe hasta cuando, o si será para siempre.

No hay comentarios: