5.10.14

La vida sigue

Sigue la vida, con sus durezas, bajones, pekeñas buenas cosas, victorias, y fracasos. Como el fracasado amor, cuya mejor imagen es un esqueleto que me río por no llorar, sentado en una silla, sigue esperando al amor de su vida. Escuchando a un gran hombre hablando sobre el bien y el mal, espero no se guarde el mal para mí como hicieron algunos, y el bien para quien, probablemente, no me llegue ni a la suela. No es justo. Y me da igual. No porque me den igual las injusticias, sino porque tengo tantos problemas que no me importa del todo estar sola como mujer, pero me jode que no me recuerden por lo bueno sino por lo malo, o eso dicen, aunque esto tal vez sea un karma mío real (no como otros), y yo no sepa tampoco recordar las cosas buenas. Me quedo con ellas, pero no siempre consigo ser, aquello que deseo en lo más profundo del alma.

La escritura automática siempre fue algo que ayuda a comprender, lo que yace en lo profundo, aquello que no puedo ver. Siendo otra la manera, de querer tener qué hacer, puesto que hago lo que quiero en apariencia, puede ser. Pues quizás no hay parasiempre, porque nunca puede ser, que tampoco sea cierto, puesto es algo en qué creer. Pero eterno mientras dura, duro amor parece ser, pero bello a veces contra, lo que pueda parecer. Pero brilla por su ausencia, puesto que es algo que hacer, en momentos de silencio, compartido sabe bien. Sola no me quedo corta, no es lo mismo pero y qué, si tan solo los mejores, saben lo que puedo hacer. En mis noches de adivina, dice el viento digo qué? No era yo acaso divina? Pues entonces quédate. 

Donde me quieran bien, si puede ser.

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