Te odio cuando no estamos,
de acuerdo en el proceder,
pero sueño en que por siempre
nuestro amor va a florecer.
Saber de sobras qué hacernos,
sin voz hablarnos tal vez,
del mundo que pertenece
al rumbo de nuestros pies.
Hacernos mucho más fuertes
unidos contra el saber,
de aquello que rechazamos
de lo que nos vio crecer.
Y con gracia recorrernos
cada centímetro de la piel.
La sangre de cada vena,
semillas sembrar también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario