Aguijón escorpiano

A quien creeis que llamáis imbécil ? Hace poco afirmé no saber quien soy, pero las cabronadas tienen a veces la facultad de sacar lo mejor de mí. Siempre he sabido quien soy, solo que a veces se me olvida. Soy un trocito de energía cósmica albergado en el centro de mi pecho. Me siento respirar, siento cómo lato y eso es lo que más me puede decir de mí.

Me llamarán loca pero los locos son los que se creen cuerdos, y más locos aun los que se creen con derecho a jugar con los sentimientos de la gente, especialmente con los de la gente que se deja, no porque se dejen, que eso es contribuir a que exista gente como ellos, sino porque el que se deja puede ser por tener lo que muchos consideran debilidad, y que en verdad, como bien saben los abusadores, es fortaleza que se creen que les quitan cuando en verdad se la quitan a ellos mismos en su enfermizo juego abusador y manipulador: corazón, buena fe (malllamada y malentendida como ingenuidad). Lo cual no quita que la inseguridad habite de la misma manera en el que abusa que en el que es abusado. Pero si abusas de mí y me doy cuenta, todo ese abuso me proporciona el doble de la fuerza que me has quitado.

Lo único que refleja el despotismo es una profunda inseguridad, y me da igual de que nivel o niveles estemos hablando, y de si entiendo algo o no entiendo nada. Y además si entiendo o no entiendo me lo digo yo, que estoy harta de que la gente se crea con derecho a opinar solo por tener la posibilidad.

Lo que sí puedo afirmar es que tengo corazón y solo a él me rindo,a él y a la conciencia que habita en él.

Y puedo haberme equivocado una y mil veces, y las que me pueden quedar, que me da lo mismo, que la vida es un viaje, un juego cuyo objetivo es entender las reglas y no manipularlas ni hacerlas a nuestra manera.

Porque puedo no saber nada, pero sé y afirmo que el que se desvía de las verdaderas reglas, que no me cansaré de decir que están arriba y no abajo, aunque arriba y abajo sea lo mismo, pero eso en el plano astral y en la parcela de arriba que nos pertenece por ahora, que está podrida como nosotros, que damos asco, que no hay derecho a ser lo que somos, acaba cayendo por su propio peso COMO TODA MENTIRA.

Luego están las mentiras con buena fe y las mentiras con mala fe, pero eso parece ser lo de menos, que el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones y de eso entiendo un rato.

Pero todo lo que no tenga cimientos verdaderos está condenado al fracaso.

No creo en la justicia de este mundo podrido al que me avergüenzo de pertenecer, pero sí creo y sé del sentido oculto de las cosas, pero no el podrido, el verdadero. Que mi corta inteligencia no de para tanto es otro tema pero como decía tengo corazón, y el que juega con el corazón de la gente vale menos que un muerto (y encima trata de hacerte creer que el que no vales eres tú).

Quiero aclarar que esto no va por nadie en concreto, pero es una realidad social que vivimos. Estamos locos. Y yo, que estoy loca según la oficialidad, me autoproclamo espíritu independiente desertor de este mundo de locos, y les doy hasta las gracias por darme manga ancha para expresarme como me salga de los ovarios, reirme sola y poder decir todo lo que pienso sin miedo a que me tomen por loca, porque el miedo atroz que le tenía a la locura lo he perdido mira, que no hay mal que por bien no venga ni mal que cien años dure.

Me uno en cambio a todo guerrero, y especialmente guerrera que apueste por la luz. Que no digo que yo la tenga, por mucho que sea cierto, y si no, por qué coño atraigo a los seres oscuros como la miel a las moscas.

Estoy harta señores. Porque la diferencia de la luz con la oscuridad es que la luz sabe que si una sola persona en el mundo llora una parte de tu propia alma (o espíritu, no sé) está llorando con ella lo sepa o no.

Estamos locos. Donde más alto índice de violencia hay es donde más desastres ecológicos aparecen. Y no creo en un Dios castigador, pero sí creo que es como un espejo que refleja las vibraciones que le enviamos. Hasta ahí llego, más allá se me escapa aunque sepa que lo llevo dentro.

Que en esta vida no hay nada más importante que el corazón. Que del amor al odio hay un paso pero si te quedas en el odio estás llamando al fracaso. Y al vacío que luego intentas llenar como puedes. Y nos equivocamos una mil dos mil veces pero no aprendemos ni a la de 3. Y pagamos justos por pecadores, aunque eso ya es pasarme de lista pero es el cabreo que llevo, porque no puedo negar que la mierda me haya salpicado ni que nunca haya entrado en el juego ni soy dios aunque lo sea en parte porque habita en mí como en cualquiera, ciego o "vidente", loco cuerdo blanco negro o marrón, que me da lo mismo.

Y que no voy a decir que el sistema sea malo ni bueno, es lo que es, paso de política paso de todo, toca mirar hacia dentro y saber quienes somos para conocer al otro, ya ves tú que locura esto es locura ? Hay cuerdos mucho más locos que yo.

El agnosticismo está de moda. Parece como unas bambas que un adolescente falto de personalidad se compra para no desentonar y encontrar su identidad en el grupo en lugar de saber quien es. Y no miro a nadie (en serio). Es general. Dios no vende. Lo mataron para ser sustituido por el estado decían algunos, o por el artisteo dirían otros (que no es lo mismo que el arte). Al final, más de lo mismo. Putos egos intentando destacar sin importar a quien pisan o dejan de pisar, y se pisan a ellos mismos porque el vacío no hace más que crecer, que somos sabios joder, que sabemos de sobras lo que llevamos dentro lo que pasa es que nada más nacer ya empieza la tortura y joder a veces te dan ganas de mandarlo todo a paseo y cagarte en dios (y que no se me ofenda) porque no entendemos que nos callen la puta boca, que el ser quiere ser y no le dejan y si una es feliz el infeliz le pisa para aliviar su propia infelicidad consolándose en que el otro tampoco lo es.

Y que lo tengo todo muy claro pero a veces parece que nunca vaya a encontrar un lugar donde pueda ser y dejar ser, que igual que yo dejo se me deje ser a mí, cada uno del color que quiera, formando parte del mismo cuadro.

Eso es el paraíso para mí, me llaman loca porque me lo he vuelto, que coño, pero es que estarlo es signo de cordura porque este mundo da asco.

Quiero sentirme segura. Quiero que no haga falta desconfiar de la persona que tienes al lado, y menos aun de la que duerme contigo. Quiero ser yo, sin que nadie cuestione lo que soy ni me manipule ni me ponga la zancadilla ni se ría de mí ni de nadie, que no lo soporto joder, que sigo sin saber quien mueve los hilos pero sigo pensando que la verdadera fuerza nace de la conciencia y que nada ni nadie puede ni podrá nunca arrebatarme eso, a mí ni a nadie.

Y otra cosa, y ya acabo que no veas parrafote, es que creo en la humanidad. Contradictorio ¿verdad? La puta mierda caerá por su propio peso. En la parcela que a mí me toca, la sikiatría sanará de verdad, porque se darán cuenta de que están reprimiendo algo con un potencial infinito de que todos vivamos mejor, que a fin de cuentas es lo que queremos todos. Y el arte será una herramienta de autoconocimiento como ya empieza a ser aunque no es oficial, y un canal como ha sido siempre que ha sido arte de las verdades divinas y sutiles del momento, si es que existe el momento que imagino que sí pero igual solo es mi limitada capacidad que me impide imaginarme el no-tiempo aunque haya estado en él.

Que si hay un mañana y me da por pintar, no sean colores oscuros lo que salga de mi paleta.